Hazte Miembro: Y Disfruta de Beneficios Exclusivos

por Geovana Ortega

Presidenta de ICF

Imagino que ustedes en su experiencia profesional han notado como yo que el rol del líder ha comenzado a transformarse profundamente a medida que las organizaciones buscan un propósito más allá del éxito financiero. Ya no es suficiente con dominar las competencias técnicas o tomar decisiones basadas en los datos y la lógica. Los líderes de hoy enfrentamos un desafío más complejo: conectar con la esencia humana de nuestros equipos y armonizar con un propósito mayor. Es aquí donde la inteligencia espiritual entra en juego, ofreciendo una brújula interna que guía tanto en la toma de decisiones como en la creación de culturas organizacionales más conscientes y significativas. La importancia que ha cobrado de este concepto no tiene precedentes en el contexto empresarial contemporáneo. 

Empecemos a profundizar en el tema teniendo en mente que la inteligencia espiritual se trata de una capacidad humana que nos permite integrarnos con el contexto en el que vivimos y preguntarnos sobre el fin último de la existencia. Gracias a ella podemos desarrollar un aumento de bienestar y tener claridad en nuestros objetivos. Es por ello que, en mi experiencia, la considero esencial para quienes buscan dirigir una empresa y crear un impacto positivo en sus colaboradores y en la sociedad. Si un líder decide adentrarse en esta cualidad podrá desarrollar el servicio a los demás, la conexión con algo más grande que uno mismo y su vínculo con el sentido de la vida. Cuando estas dimensiones se integran en el liderazgo transforman la manera en que se toman decisiones y se gestionan los equipos. 

El líder espiritualmente inteligente: Inspiración y autenticidad

Un líder que desarrolla su inteligencia espiritual es capaz de inspirar y motivar a su personal de una manera auténtica y profunda. Esta autenticidad no proviene de una estrategia de liderazgo aprendida en un libro, sino de un sentido genuino de propósito. Sí la cabeza de la compañía decide conocer y poner en práctica su “Ikigai” —término japonés que se refiere a la razón de ser de una persona— puede conectar su propósito personal con los objetivos de la organización. De esta manera, las metas empresariales no solo se convierten en cifras o indicadores de éxito, sino en una extensión del propósito de vida de quien la guía.

Imaginemos a un CEO que, además de preocuparse por los beneficios financieros, se esfuerza por asegurarse de que su empresa tenga un impacto positivo en la comunidad. Sí el cliente quiere podría organizar reuniones periódicas con su equipo para reflexionar sobre cómo sus acciones están alineadas con sus valores éticos y cómo pueden contribuir al bienestar colectivo. Así, podría inspirar a sus empleados e incentivar un ambiente de trabajo amable y colaborativo. Este tipo de liderazgo crea una cultura organizacional en la que cada miembro del equipo siente que su trabajo tiene un significado más allá de la remuneración económica.

Un entorno laboral enriquecedor y respetuoso

Un jefe de equipo espiritualmente inteligente es consciente de la importancia de fomentar un espacio de respeto y enriquecimiento mutuo. Entiende que sus colaboradores son seres humanos con necesidades emocionales y espirituales. En un ambiente laboral así, los empleados son valorados por su productividad y especialmente por sus cualidades humanas.

Si como líder deseas poner esto en práctica podrías hacerlo a través de herramientas de coaching como lo es la escucha activa y comprender las necesidades y preocupaciones de tus colaboradores, haciéndolo de forma abierta y honesta. Estas acciones demuestran un compromiso genuino con la empresa y los colaboradores, ayudan a crear un contexto en donde cada persona puede aportar y contribuir con el desarrollo colectivo.

Tomando decisiones éticas y sostenibles en un mundo complejo

Un guía espiritualmente inteligente tiene en cuenta las implicaciones a largo plazo de sus decisiones tanto para la empresa como para la sociedad. Es así, como este tipo de pensamiento se convierte en una herramienta invaluable para resolver los retos cotidianos. 

Un ejemplo destacado de un directivo que aplica la ética y la responsabilidad social en su gestión es Paul Polman, ex CEO de una empresa alimentaria. Durante su mandato, Polman implementó el Plan de Vida Sostenible de Unilever, que se centró en reducir el impacto ambiental de la empresa y mejorar la salud y el bienestar de mil millones de personas. Además, promovió prácticas laborales justas y la transparencia en la cadena de suministro, demostrando un compromiso genuino con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Su liderazgo ético no solo mejoró la reputación de Unilever, sino que también inspiró a otras empresas a adoptar prácticas más responsables y sostenibles.

Este tipo de decisiones reflejan un liderazgo ético y contribuyen a la sostenibilidad a largo plazo. Hoy en día, los consumidores están cada vez más conscientes del impacto de sus compras y prefieren apoyar a empresas que demuestran responsabilidad social y ambiental. Es así como esta decisión podría fortalecer la reputación de la compañía.

La transformación personal y profesional a través de la inteligencia espiritual

Una de las preguntas más poderosas que un líder puede hacerse es: “¿En quién me voy a convertir cuando logre mis propósitos?” Esta pregunta nos invita a reflexionar sobre los logros externos que son acompañados en el proceso por el crecimiento interno. Lo que ocurre a lo largo del camino es donde pone el foco la inteligencia espiritual para concretar  la  transformación personal. 

Si como directivo trabajas arduamente para cerrar un acuerdo importante podrías preguntarte cómo ese proceso te está transformando como líder y como persona. ¿Estás desarrollando mayor paciencia, empatía o resiliencia? Al reflexionar sobre estas preguntas, puedes descubrir aspectos de tu crecimiento personal que son tan valiosos como el éxito profesional en sí. Este camino te permite liderar con mayor humanidad y  sabiduría.

En un momento de la historia de la humanidad en donde los cambios son constantes y se trabaja bajo mucha presión, la inteligencia espiritual emerge como un elemento crucial para el liderazgo. No se trata de una moda, sino de una necesidad profunda de reconectar con lo que verdaderamente importa. Si es la elección del líder, puede impulsar a su empresa hacia el éxito buscando crear un impacto positivo y duradero en la vida de sus colaboradores y en la sociedad en general.

A través de un liderazgo que valora la autenticidad, el respeto y la toma de decisiones éticas, es posible construir organizaciones más humanas, sostenibles y resilientes. Y en ese proceso, transformamos nuestras empresas, y a nosotros mismos como líderes y seres humanos.

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